Y tú, ¿cómo te proyectas?

Es así. Todas las personas tenemos distintas personalidades y, cada una de nosotras, tendemos a encajar dentro de un arquetipo concreto, eso sí, incorporando ciertos rasgos de otros. Hay distintas clasificaciones, pero las más conocidas son el eneagrama – un sistema de clasificación de la personalidad basado en nueve arquetipos- y la teoría de los arquetipos de Carl Jung, un psiquiatra y psicólogo suizo que desarrolló dicha teoría para definir las distintas clases de personalidades que residen en cada uno de nosotros.

Igual que las personas tenemos diferentes personalidades y, al final, todas encajan en alguno de los arquetipos que mencionaremos a continuación, las marcas y las empresas también adoptan su propia personalidad. Si no fuera así, ¿cómo seduciríamos a los consumidores para captarlos y/o fidelizarlos? Y, no sólo eso, ¿cómo formaríamos nuestro propio sello para destacar en el mercado?

Precisamente por todo esto, es muy importante que tengamos claro en qué arquetipo encajamos para trabajar en esta línea. ¿Os animáis a descubrir cuál es vuestra personalidad? ¿Cómo os proyectáis en el mercado? ¡Vamos a ello!

Para empezar, nos centraremos en la teoría de los arquetipos de Jung y vamos a definir los distintos tipos de personalidades, a ver si hay alguno que nos resuene. El psicólogo dividió las personalidades en cuatro cuadrantes y, dentro de cada uno de ellos, definió tres personalidades que encajan con ellos.

El primero trata sobre esas marcas que persiguen la independencia y la realización y, dentro de éste, encontramos las siguientes personalidades:

• El inocente: son personas o marcas optimistas y con una visión muy positiva.
• El explorador: éste busca la libertad, llegar a territorios nuevos y descubrir cosas nuevas.
• El sabio: es aquella persona o marca que quiere descubrir cosas nuevas, pero desde el punto de vista del conocimiento.

El segundo cuadrante va dedicado a la conexión con los otros y, en él, encontramos a:

• La persona común: aquella que necesita sentir que pertenece al grupo.
• El amante: es aquel que busca una conexión íntima con los demás.
• El bufón: son personas o marcas graciosas, simpáticas y divertidas.

El tercero tiene que ver con las personas o marcas que aspiran a dejar huella en el mundo:

• El rebelde: es aquella persona o marca que busca la liberación y provocar el cambio.
• El mago: tiene una pretensión de poder, de misterio y de sorprender.
• El héroe: pretende destacar por lo bueno que es haciendo algo, por su maestría, es aquel que quiere conseguir la victoria.

Y, finalmente, en el cuarto cuadrante, nos topamos con aquellas personas o marcas que buscan conseguir la estabilidad y el control:

• El cuidador: es aquella persona o empresa que quiere que todo el mundo esté bien, que tiene vocación de servicio.
• El gobernante: se caracterizan por querer mandar, así como por tener el control de manera dominante. Suelen ser personas o marcas más autoritarias y muy seguras de sí mismas.
• El creador: buscan la estabilidad y el control a través de la innovación. Es aquel que crea algo nuevo.

Qué interesante, ¿verdad? ¿Os habéis identificado con alguno? ¿Ya sea a nivel personal o a nivel empresarial?

Ésto será muy útil para ponernos manos a la obra. Y es que, si os decidís a trabajar conmigo, identificarnos con alguna de estas personalidades, es algo clave y básico para ponernos manos a la obra. Pero no os preocupéis porque, si todavía no tenéis claro dónde encajáis, juntos podemos descubrirlo.

¿Os atrevéis a ir más allá de vuestra marca? ¿A darlo todo por vuestro negocio?